En un día húmedo y ventoso subimos en un tren minero hasta la entrada de la
mina Agrupa Vicenta, que se dedicó hasta mediados del siglo XX a la extracción
de pirita y que es, hasta el momento, la única visitable del complejo minero de La Unión.
Allí nos entregaron unos cascos y nos convertimos en mineros por un día.
Pudimos adentrarnos por las galerías subterráneas, ver los reflejos de los minerales en las paredes y disfrutar de un lago rojizo por la oxidación de la piedra al ponerse en contacto con el agua. ¡Incluso participamos en una explosión controlada (de broma, por supuesto)!
Pero fue triste conocer la vida durísima de los mineros y descubrir que
incluso los niños podían bajar a trabajar a las profundidades de la mina.
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