luns, 29 de outubro de 2018

RUTAS CAL: EL BAILE TRADICIONAL GALLEGO, BIEN DE INTERÉS CULTURAL DEL PATRIMONIO INMATERIAL DE GALICIA



La Xunta de Galicia inició el pasado 26 de abril los trámites para la declaración del baile tradicional gallego como bien de interés cultural del patrimonio inmaterial, según  se recoge en artículo 1 de la Ley 5/2016, de 4 de mayo, del Patrimonio cultural de Galicia, y que tiene como objetivo la protección, conservación, difusión y fomento del patrimonio cultural de Galicia constituido por los bienes y manifestaciones inmateriales que, por su valor, deban ser considerados como de interés para la cultura gallega a través del tiempo. El artículo 9.3 de dicha ley establece que se consideran bienes del patrimonio cultural inmaterial los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas, junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes, que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural; y concretamente en el apartado a), en sus puntos 4 y 5, se establece la pertenencia al patrimonio intangible de las artes del espectáculo, en especial la danza y la música, las representaciones, juegos y deportes, así como los usos sociales, rituales, ceremonias y actos festivos. Al mismo tiempo, el artículo 91 dispone que integran el patrimonio etnológico de Galicia los lugares, bienes muebles o inmuebles, las expresiones, así como las creencias, conocimientos, actividades y técnicas transmitidas por tradición, que se consideren relevantes o expresión testimonial significativa de la identidad, la cultura y las formas de vida del pueblo gallego a lo largo de la historia.
Las medidas generales de salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial comprometen a las administraciones públicas para garantizar su identificación, documentación, investigación, preservación, protección, promoción, valorización, transmisión y revitalización. De acuerdo con lo establecido en el artículo 71 de la Ley 5/2016, de 4 de mayo, del patrimonio cultural de Galicia, se establece el reconocimiento o la creación de un órgano de gestión para proponer y establecer las medidas de salvaguarda para la conservación y transmisión de sus valores culturales. Por ello, y puesto que algunas entidades mostraron su interés tanto para promover esta declaración como para seguir con la tarea de estudio y difusión, se estima que deben ser reconocidas las siguientes asociaciones: Xacarandaina Asociación Cultural (A Coruña), Cantigas y Agarimos (Santiago de Compostela), Etnográfico das Mariñas (Ferrol), O Fiadeiro (Vigo) y la Asociación Cultural «Cantigas e Flores» (Lugo).
En la definición que recoge la Dirección general de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia, el baile tradicional gallego “es el arte de la expresión corporal en sociedad creada por el pueblo gallego que identifica su singularidad respecto de un fenómeno universal en las diferentes comunidades en todo el mundo. Es una manifestación cultural de carácter lúdico, popular y colectivo, que se compone de un conjunto de movimientos corporales, con un soporte de elementos melódicos y rítmicos que completan su expresión, sostenido en un esquema de ejecución flexible y mayormente improvisado, que para conseguir su verdadera expresión social debe contar con un número mínimo de dos participantes en pareja, diferenciándose en el contexto del folclore peninsular por la particularidad de que se baila de espejo. En cualquiera caso pueden destacarse tres particularidades: Son bailes de diversión. Representan una creación social colectiva. La improvisación es su característica más importante”.
El baile tradicional gallego manifiesta la influencia mutua de diferentes pueblos, propiciadas por las migraciones de la comunidad gallega, por lo que presenta elementos de bailes foráneos, que le otorgan una identidad compleja. Actualmente, el baile tradicional gallego se localiza la Comunidad Autónoma, en territorios limítrofes  y en las ciudades que protagonizaron los movimientos migratorios de los gallegos en el siglo XX (especialmente Buenos Aires o La Habana). Las primeras referencias históricas se sitúan en  la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, con la formación de los coros gallegos, surgidos con la pretensión de dignificar el folclore.


En Galicia existen numerosos bailes tradicionales que se pueden dividir en dos grandes grupos: los bailes sueltos y los agarrados.  Dentro del primer grupo encontramos dos formas de baile, dos subgrupos y sus variantes: la muiñeira y la jota. La primera es más antigua que la segunda, y ambas tienen en común que se bailan por un número indeterminado de parejas con coreografía de puntos y de desplazamiento de conjunto. Además, tanto en la muiñeira como en la jota no hay contacto físico entre las parejas que las ejecutan.
La  muiñeira es el baile de divertimento más extendido de Galicia.  Normalmente tiene dos o tres partes: la vuelta, el punto y el descanso. Existen distintos tipos de muiñeira, como la muiñeira vella o ribeirana, muiñeira das castañolas o baixa o danza do galo, carballesa, moliñeira, nova, punteada.  De ritmo seis por ocho, se interpreta por distintos de instrumentos y formaciones musicales: las cantaban mujeres, que se podían acompañar de cualquier tipo de instrumento de percusión tradicional (pandero, pandereta, conchas, lata de carburo o pimentón, platos con dedales, etc) o también ir ellas acompañadas del gaitero y redobrante, cuarteto de gaitas, charangas o murgas, bandas de música, etc. La muiñeira vella o ribeirana se considera el baile de divertimento más antiguo de Galicia. La muiñeira das castañolas, también llamada danza do galo, rabo do raposo o rabela, puede considerarse también uno de los bailes más antiguos de Galicia.
En cuanto a la jota, es el baile tradicional más popular de toda la península ibérica. Es menos antigua en Galicia que la muiñeira y tiene dos o tres partes igual que ésta: vuelta, punto y descanse. El ritmo de tres por cuatro de la jota se acompañaba de distintas formaciones musicales igual que la muiñeira: las mujeres que las cantaban se podían acompañar instrumentos de percusión tradicional (pandero, pandereta, conchas, lata de carburo o pimentón, platos con dedales..., etc.), o de un gaitero y redobrante, cuarteto de gaitas, charangas o murgas, bandas de música, etc. Tiene distintas denominaciones dependiendo de la zona: fandango, maneo, pateado, zapateado o cruzada.
 Respecto a los bailes agarrados, existen dos tipos, atendiendo a su antigüedad: por una parte encontramos la mazurca, la polca y el chotis, y por la otra el pasodoble, el vals, la rumba y la muiñeira corrida. Su nomenclatura y sus particularidades dependen de la zona. Su característica principal es que generalmente no hay movimiento de conjunto y que cada pareja baila independiente de las otras. La mayor parte de estos bailes llegaron de fuera de Galicia, o bien por el camino de Santiago o bien por moda de las clases acomodadas y urbanas. Lo destacable es que enseguida se incorporaron formando parte del repertorio de los músicos y bailarines.
El baile tradicional es una expresión plástica, estética y emocional de carácter personal y que se celebra en comunidad, una expresión corpórea y artística. También es una herramienta identitaria, que cobró especial relevancia para el caso gallego como instrumento de la Galicia emigrada, especialmente durante el siglo XX. Se bailaba y se baila en torno a actividades sociales y celebraciones religiosas, así como se bailaba en reuniones de trabajos artesanales, en celebraciones del ciclo vital de los individuos, en acontecimientos sociales de la comunidad o en ofrendas de carácter religioso o espiritual. En la actualidad se continúa bailando en reuniones sociales de carácter festivo y se continúan manteniendo vivas muchas de las danzas de tipo gremial y religioso más ancestrales. La evolución del baile tradicional es el testimonio vivo de la evolución de las comunidades que lo asimilan, lo transforman y lo enriquecen.
Su transmisión y difusión está especialmente ligada también a la del traje y el adorno, los instrumentos musicales y otras manifestaciones. Tradicionalmente variaba su interpretación en invierno y en verano. En invierno se bailaba tres días de la semana en los pisos de las casas o en las cuadras al caer el día a la luz del candil. En verano los bailes eran al aire libre, romerías, atardeceres, ruadas, fiestas, etc. Las condiciones en las que se produce el baile en la actualidad están ligadas la difusión en el marco de eventos, generalmente apoyados en el marco de actividades públicas u organizadas por las asociaciones, actividades de asociaciones y colectivos, alrededor de ciclos en celebraciones de reuniones de atardeceres y fiestas, en eventos culturales o festivos: concursos, talleres de baile y artesanía gallega, actuaciones, torneos y juegos populares o actividades gastronómicas relacionadas con productos locales, días de la muiñeira y festivales internacionales de folclore. Se utilizan espacios relevantes de la vida urbana, en las villas y en festividades parroquiales, en instalaciones culturales como auditorios o teatros.






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