Moitas veces herdamos, a través da educación que recibimos, estereotipos que se van perpetuando ou modificando. Ás veces nin nos paramos a pensar nos mesmos, pero aproveitando que traballamos a exposición e a argumentación, na materia de Lingua Castelá quixemos facer unha reflexión sobre algún relacionado coa asociación de determinadas cores ou obxectos que, por tradición, se asocian a nenos ou nenas establecendo unha distinción que non debería de existir. Ou si? Vexamos o que opinaron os rapaces de 3º sobre estes temas.
Propuxéronse estes dous textos para o seu comentario:
TEXTO A:
“Los padres y
especialistas opinan sobre por qué no debe haber diferencia de
género de los juguetes.
Pareciera que los juguetes
fueran los que marcaran la diferencia entre los géneros. Desde
pequeñas, ellas reciben regalos como cocinas, niños que lloran y a
los que se les debe atender y dar el tetero. Los niños, por su
parte, obtienen carros, armas de fuego, cajas de herramientas y
balones.
Con los juguetes muestran
algo de lo que será el futuro: a las mujeres les toca cuidar del
hogar, y a los hombres, conducir y prestar servicio militar.
Esta estigmatización
representa a la sociedad desde hace años. Sin embargo, en la
realidad, estos roles están cambiando. La mujer es profesional y
delega el cuidado de sus hijos. Los hombres, por su parte, ya cambian
pañales y hasta cuidan a sus hijos.
Según María Alejandra Del
Real, historiadora y máster de la Escuela de Género de la
Universidad Nacional, dice que por la fabricación de juguetes,
colores y formas como se juega, se podría decir que los juguetes
tienen género.
“Esto no es así
–enfatiza–. Aunque existan juguetes que tienen sus
especificaciones, como las muñecas, con las que juegan a ser amigas
, más no a ser guerreras o rivales ”.
TEXTO B:
“Hasta
el siglo pasado, el azul siempre había sido un color femenino
mientras que el rojo masculino. Prueba de ello es que la Virgen
siempre viste con un velo azul y Jesús crucificado se tapa con un
velo rojo.
Azul son Venus y la Luna (astros femeninos), mientras
que Marte (astro masculino) es rojo. A finales del siglo XIX los
colores pastel se pusieron de moda (rosa y azul). Cuando la moda
pasó, se consideró a estos colores infantiles, así que se empezó
a vestir a los niños de rosa y a las niñas de azul pastel.
No
fue hasta el siglo XX durante la primera Guerra Mundial que se asoció
el azul al hombre. El motivo fue que los marines americanos iban con
chaquetas azules (azul marino). Los carteles que ensalzaban el
heroísmo de los marines poblaban todas la paredes. Se puso de moda
vestir a los niños de “marineritos”. En pocos años los colores
se intercambiaron y, por esto, hoy en día los niños son azules y
las niñas rosas.
Otro tema es el príncipe azul. El nombre de
príncipe azul proviene de una época donde el bronceado se
consideraba del populacho. Así, los príncipes y nobles tenían la
piel tan blanca que se les veían las venas azules.”
A continuación veredes os seus comentarios. Animádevos a engadir outros ou a comentar sobre estas opinións.
Lara Castro:
"No debe haber juguetes determinados para niños o niñas. La sociedad habla de que debe haber igualdad y con esta distinción no lo demuestra. Los niños o niñas, sean del sexo que sean, deben poder jugar con lo que les guste, no con lo que les venga determinado. El texto A nos muestra que hay más gente que piensa como yo y cómo los juguetes marcaban y, a veces, marcan -aún ahora- la diferencia entre los sexos."
Antía Freire:
"Los colores y los juguetes no deberían ir relacionados con el sexo de la persona, pero normalmente es así como se cría a los niños y a las niñas.
Las niñas, con el paso del tiempo, no sólo reciben juguetes como cocinas o los relacionados con el cuidado de los niños, pero las secciones en los mercados siguen reflejándolo así.
En la actualidad, son menos los padres que hacen esta distinción: ya no ponen a una niña de rosa o le compran un muñeco-bebé como juguete, pero sigue siendo común el comentario de que el rosa es "de niña" y los coches "de niño"."
Mario Martínez:
"Yo pienso que los juguetes están colocados para su venta indistintamente. Los juguetes no distinguen de sexos. Un niño puede comprar una cocinita y una niña un balón de fútbol. Son los padres los que perpetúan esa diferenciación sexista comprando cocinas a sus hijas y herramientas a sus hijos. Lo mismo ocurre con los colores: ningún sexo debe estar representado por ningún color; cada uno viste como quiere."
Gabriel Aneiros:
"Es un tema delicado. Por ejemplo, yo tengo un primo que juega con muñecas y cocinas, pero mi tío, a veces, aún discute con él por este motivo. Con respecto a los colores, también utiliza indistintamente todos los colores, incluidos el rosa y el azul, pero reconozco que esta actitud no es muy frecuente en niños de diez años, que es su edad."
Sergio Teiga:
"La
elección de los juguetes no marca tanto: una vez que niños y niñas
crecen los dejan aparte. En cuanto a los colores, tanto el rosa como el
azul pueden ser para chicos y chicas, según sus gustos."
Emma Prieto:
"Sobre el texto A opino que cada niño o niña debería jugar con el juguete que más le llame la atención y que en los anuncios de revistas o de televisión deberían poner a niños y niñas jugando con todo tipo de juguetes. Sobre el texto B, creo que el color no debería seleccionarse en función del sexo del bebé."
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